En 2010 a través de un libro advertimos sobre el riesgo de que México cayera en la indeseable condición de Estado fallido, aquella en la que a la par del poder público formal hay otras fuerzas que disputan los monopolios estatales de la violencia y las exacciones.
El resultado de esta condición es un elevado nivel de violencia, caos, destrucción de riqueza y empobrecimiento.
Las naciones que han enfrentado esta situación llegan como resultado de enconadas disputas por el poder, pero como demuestra la experiencia de Colombia el resultado puede ser el mismo debido a la acción de grupos criminales.
México como país aún no ha caído en esta condición, pero se ha ido acercando peligrosamente a ella y ya hay zonas en donde los grupos criminales representan un poder paralelo y con frecuencia más relevante que el público.
En el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C. acabamos de publicar un estudio exploratorio sobre los municipios en los que se presenta la condición de Estado fallido.
Son 207: 82 corresponden a Michoacán, 32 a Guerrero, 34 a Tamaulipas, 16 a Chihuahua, 15 a Durango, 13 a Sinaloa, 4 a Veracruz, 3 a Nuevo León, 2 a Quintana Roo, 2 a Chiapas y en Coahuila, Tabasco, Estado de México y Tlaxcala hay uno.
Estos municipios representan el 8% del total y en ellos vive el 13% de la población nacional.
Asimismo, Michoacán y Tamaulipas son entidades federativas en condición de Estado fallido.
Para figurar en la lista en los municipios deben presentarse al menos dos de estas condiciones relativas a grupos de civiles armados que operan abiertamente:
- Elevadas tasas de homicidio e impunidad
- Frecuentes levantones y desapariciones
- Operación de centros de exterminio
- Desplazamiento forzado
- Control de vías de comunicación
- Esquemas de extorsión permanente y generalizada
- Robo y despojo a gran escala
- Elevadas tasas de secuestro y plagio masivo de migrantes y nacionales
- Trata sistemática y masiva de personas
- Control monopólico de actividades económicas lícitas mediante la violencia
- Control de policías y otras instituciones públicas
Bajo Enrique Peña la tendencia hacia el Estado fallido ha crecido, porque para empezar la presente administración soslaya esta amenaza.