Vamos a analizar el proceso de Jesús desde el punto de vista eminentemente jurídico. Su desarrollo debió someterse a las disposiciones jurídicas coetáneas a él, implicadas en el Derecho Romano y en el Derecho Hebreo.
El proceso de Cristo se desenvolvió en dos juicios, el "religioso" o judío ante el Sanhedrín, y el "político" ante Poncio Pilato, Procurador de Judea. Por consiguiente, el primero debió regirse por la "ley judía" y el segundo por la "ley romana". Acatando la cronología, nos referiremos primero al “Juicio religioso" y después el “Juicio político”.
La crucifixión era una sanción prevista en el derecho romano para castigar los delitos más graves; dicha pena no se aplicaba a los ciudadanos romanos y mucho menos respecto a delitos religiosos.
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